Mediante las frecuencias sonoras contenidas en la música podemos modificar el funcionamiento de un ser vivo, dicho de otra forma, sanar y mejorar el cuerpo humano.
Como elemento integrante de nuestro Universo, el cuerpo humano está compuesto por células, las cuales a su vez se componen de átomos, estos átomos interactuan y operan en base a la energía recibida, lo cual incluye la energía producida por las ondas sonoras.
Los 432 hertzios sonoros oscilan y vibran sobre los principios de la propagación de ondas armónicas naturales y se unifican con las propiedades de la luz, el espacio, la materia, la gravedad y el electromagnetismo. La música es capaz de mover grandes cantidades de energía, de producir gran expansión del potencial de desarrollo oculto dentro de cada uno de nosotros y nuestros talentos naturales.
A 432 Hz, se notará al instante que comienzas a sentir calma y tu cuerpo se relajará. La música en 432 hz transmuta y sana el alma, mente y cuerpo, se afirma que la música a 432 Hz repara el ADN y cura dolencias del cuerpo humano.
El tono 432 Hz es el fundamento en sí de la música y produce una serie de beneficios: Al corazón humano y al pulso cardíaco. Doble hélice de ADN (reparación celular). Sincronización de los dos hemisferios cerebrales.
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